Hoy jueves 14 de mayo se celebra la Jornada Mundial de Oración, ayuno y obras de misericordia por la humanidad. Una invitación a las comunidades religiosas judías, cristianas y musulmanas y a cuantos creen en Dios para rezar por el fin de la crisis sanitaria.
La situación de crisis mundial desencadenada por la pandemia del coronavirus, que azota a la humanidad y pone en peligro la vida de millones de personas, evidencia la fragilidad de la vida humana. Al mismo tiempo nos invita a unirnos en una lucha común contra los efectos devastadores de esta enfermedad.
Queremos expresar nuestra fraterna cercanía al sufrimiento de los enfermos, y encomendamos a Dios Misericordioso a las personas fallecidas, al tiempo que manifestamos a los familiares de quienes han perdido seres queridos nuestra cercanía. Igualmente queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a todo el personal sanitario y a la comunidad científica por su trabajo, con auténtico espíritu de servicio y entrega por el bien de la humanidad.
Con este doloroso motivo pero llenos de esperanza en la misericordia del Señor, invitamos a que el próximo día jueves 14 de mayo las comunidades religiosas judías, cristianas y musulmanas y cuantos creen en Dios, Creador y Protector de la Vida, eleven súplicas y oraciones para que ponga fin a esta pandemia, nos consuele en la aflicción y ayude a cuantos trabajan en la investigación científica al servicio de la salud a encontrar el tratamiento adecuado para vencer la enfermedad y vernos libres de las consecuencias sanitarias, económicas y humanitarias de este grave contagio.
Será esta una jornada de oración, ayuno y obras de misericordia, en la que las comunidades creyentes y cuantas personas de buena voluntad se asocien a ella supliquen a Dios a una sola voz para que ayude a la humanidad a salir de esta situación de dolor y sufrimiento, y nos afiance en la fe de que su misericordia y amor por nosotros no tienen fin.
Las tres grandes religiones monoteístas se encuentran en un tiempo de gracia y oración por la celebración en estos días de su grandes fiestas anuales: la Pascua judía, que para el pueblo hebreo conmemora la liberación de la esclavitud de Egipto; la Pascua cristiana, que para los discípulos de Jesús celebra el misterio la muerte y resurrección de Cristo; y el mes de Ramadán, que para los musulmanes festeja la primera revelación de Dios al profeta Muhammad. Tiempo propicio para la oración y el cambio, para volvernos al rostro de nuestro prójimo y elevar a Dios el corazón orante por la salvación del mundo.
Con el deseo de que todos los creyentes se unan a esta jornada de oración, imploramos a Dios Todopoderoso, Siempre Justo y Misericordioso su bendición para la humanidad que sostiene en sus manos providentes.