Cáritas diocesana celebra el Día Universal de los Derechos del Niño

El programa de infancia, juventud y familia de Cáritas Diocesana de Ávila, junto con el grupo de Junior de la parroquia de San José Obrero, conmemoran el día universal de los Derechos de los niños.

Este año, estos grupos de infancia, animan a participar a los niños y niñas de la ciudad y a sus familias, en la actividad que celebraran en la pista polideportiva de Rufino Martin, el viernes 22 de noviembre a las 17 hs. Actividades lúdicas, dinámicas y de reflexión, la lectura de un manifiesto y el material que habrá de la  Plataforma de Organizaciones de Infancia, darán a conocer estos derechos, ayudarán a reflexionar sobre su aplicación y alzaran la voz por el cumplimiento de los mismos, destacando especialmente este año, la situación que están viviendo de violencia, algunos niños o niñas no acompañados. En caso de que el tiempo no lo permita, la actividad se trasladará a los salones parroquiales de San José Obrero

Durante varias semanas, estas actividades han sido preparadas por los participantes y voluntarios habituales de estas entidades, sirviendo asimismo de sensibilización para ellos.

La vulneración de los derechos de la infancia

Así mismo se quiere poner de manifiesto la precaria situación de la infancia en nuestro país y la vulneración de los derechos de la infancia. La infancia es uno de los colectivos más desprotegidos en nuestra sociedad, sobre todo si tenemos en cuenta que en nuestro país, la denominada pobreza infantil es la pobreza de las familias con hijos e hijas, ya que en España no se refiere a niñas y niños en situación de abandono, sino que se hace referencia a menores de edad que viven en hogares expuestos a la pobreza y a la exclusión social. Por lo tanto, creemos que es más acertado en un contexto como el español, hablar de “la pobreza de las familias con hijos e hijas” como una de las grandes debilidades de nuestra sociedad. Según la última encuesta EINSFOESSA (Encuesta Sobre Integración y necesidades Sociales de la Fundación FOESSA) de 2018, el 23% de los menores de edad en nuestro país se encuentran en situación de exclusión social, lo cual implica que casi una cuarta parte de los menores está desarrollándose en un contexto de carencia o necesidad. Contar o no con menores a cargo en el hogar puede hacer la diferencia entre la exclusión y la integración, ya que en el actual escenario el 21% de los hogares con menores a cargo se encuentran en situación de exclusión (el 16% en los hogares sin menores), y esa cifra se eleva hasta el 28% cuando se trata de un hogar monoparental y al 33% si hablamos de familias numerosas. Esta situación nos habla de la falta de garantía de la efectividad de los derechos humanos y de la insuficiente dedicación de las políticas sociales dirigidas a la infancia en particular y a la familia en general, generando situaciones de pobreza de niños, niñas y familias que se alargan en el tiempo, y que en ocasiones continúan incluso cuando los niños y niñas crecen y constituyen su propio hogar.

Desigualdad

Con todo, lo que más preocupa en la infancia y adolescencia en España son los elevados niveles de desigualdad tan grandes que existe. Hoy en día, en España, la igualdad de oportunidades es más una aspiración que una realidad, dado que el mayor riesgo que tienen las personas que han vivido su primera etapa vital dentro de un hogar en pobreza, de sufrir problemas económicos y situaciones de pobreza en su vida adulta, es lo que denominamos “transmisión intergeneracional de la pobreza”, contribuyendo a generar desde la infancia una desigualdad que de no corregirse sólo puede devenir en una sociedad y en un mundo todavía más desigual e injusto en el futuro.

La infancia sí importa

Ante estas situaciones, Junior y Cáritas Diocesana de Ávila ponen de manifiesto que la Infancia sí importa y su valor social va mucho más allá. Un asunto que es de toda la sociedad. El coste de desatender a la infancia es enorme y la apuesta política y social es posible y necesaria. Por ello cree que hay que poner a la Infancia de protagonistas en este mundo de adultos que estamos creando. La desigualdad de oportunidades, el abandono y el fracaso escolar no tienen una repercusión sólo en la pobreza y en su transmisión generacional, sino también en los recursos que se generan para el bien colectivo, en definitiva, en la sociedad en la que vivimos. El presente de muchas personas, el día a día de muchas familias, así como el futuro de nuestra sociedad depende de cómo protejamos la infancia y la familia.